Hace poco, mientras jugaba a Cities: Skylines II, un simulador de construcción de ciudades, me encontré con una situación que me hizo pensar en un problema real: la crisis de la vivienda. En el juego, los precios de las viviendas subían tanto que los ciudadanos virtuales no podían permitirse ni comprar ni alquilar una casa. Lo más sorprendente fue la solución que la inteligencia artificial (IA) del juego propuso: eliminar a los propietarios. Así, sin más.
Para quienes no estén familiarizados con Cities: Skylines II, es un videojuego donde los jugadores diseñan y gestionan una ciudad entera. No se trata solo de construir casas, sino de gestionar todo un ecosistema urbano: desde la infraestructura de transporte, hasta el suministro de agua y la oferta de servicios públicos como colegios o hospitales. La IA del juego juega un papel clave en esto, es la encargada de hacer que todo funcione de la manera más realista posible.
Por ejemplo, la IA se asegura de que las bibliotecas tengan un número adecuado de libros para los ciudadanos, controla la recogida y procesamiento de residuos para mantener la ciudad limpia y se encarga de gestionar la economía de la ciudad, incluyendo factores como los impuestos, el desempleo y, por supuesto, el precio de la vivienda. En definitiva, la IA es quien mantiene el equilibrio y se adapta a los cambios que el jugador introduce.
¿Cómo resolvió la IA la crisis de la vivienda?
En mi partida, los precios de las viviendas se dispararon hasta el punto de que mis ciudadanos (conocidos en el juego como "cims") ya no podían permitirse comprar ni alquilar una casa. Tras varios intentos fallidos de solucionar el problema con medidas convencionales, como ajustes en los impuestos o cambios en la zonificación, la IA tomó una decisión sorprendente: eliminar la figura del propietario.
En esta nueva situación, los ciudadanos solo podían comprar una vivienda para vivir, sin posibilidad de tener una segunda casa para alquilar. Como resultado, los precios de las viviendas cayeron y, de repente, todos podían permitirse tener su propio hogar. Esta solución, que parece efectiva en el contexto del juego, plantea una pregunta interesante: ¿podría una idea tan radical ser viable en la vida real?
¿Eliminar a los propietarios resolvería la crisis de la vivienda en el mundo real?
La propuesta de la IA en el juego plantea un debate importante. En el juego, la eliminación de los propietarios frena la especulación y hace que los precios de las viviendas sean accesibles para todos. Esta misma lógica podría aplicarse al mundo real, donde la especulación inmobiliaria es un problema conocido. Grandes inversores compran viviendas no para vivir en ellas, sino como una inversión que genera beneficios, a menudo subiendo los precios más allá de lo que muchos pueden pagar.
Sin embargo, la situación en la vida real es mucho más compleja. Los propietarios no solo son especuladores; muchos juegan un papel importante en la economía, especialmente aquellos que invierten en la construcción de nuevas viviendas. Si eliminamos el incentivo económico para adquirir viviendas como inversión, podríamos reducir la especulación, pero también podríamos crear un problema de falta de oferta de nuevas viviendas, lo que, a largo plazo, podría empeorar la crisis.
Además, no todos los propietarios son grandes especuladores. De hecho, de las 3,6 millones de viviendas en renta en nuestro país únicamente el 8% pertenecen a fondos buitre o grandes tenedores, el 92% de los pisos en alquiler restantes son propiedad de pequeños propietarios, según los datos aportados por el Banco de España. Muchos pequeños propietarios dependen de los ingresos generados por alquilar una segunda vivienda. Si eliminamos la posibilidad de alquilar propiedades, estaríamos afectando a estas personas que no tienen otras fuentes de ingresos adicionales. La pregunta aquí no es solo si eliminar a los propietarios podría funcionar, sino cómo podríamos regular el mercado para limitar los abusos sin perjudicar a los pequeños propietarios. Porque… ¿el mercado se regula solo?
¿Es fiable la simulación económica de Cities: Skylines II para entender la economía real?
Muchos jugadores han comenzado a hacer comparaciones entre la simulación económica de Cities: Skylines II y la economía de las ciudades reales. En el juego, cuando los precios de la vivienda se disparan, los ciudadanos sufren, y lo mismo ocurre en muchas ciudades del mundo, donde los precios del alquiler y la compra de viviendas son inasequibles para gran parte de la población.
El juego refleja bastante bien algunas de las dinámicas del mercado inmobiliario. Por ejemplo, en el juego se observa cómo la demanda de viviendas en zonas céntricas sube, y cómo la falta de viviendas disponibles aumenta los precios. Este tipo de fenómenos también los vemos en ciudades como Nueva York o Barcelona, donde la falta de espacio y la alta demanda de vivienda elevan los precios.
Sin embargo, la simulación en Cities: Skylines II tiene sus límites. En la vida real, la economía de una ciudad está influenciada por muchos más factores de los que el juego puede simular. Elementos como la política gubernamental, las fluctuaciones en el mercado global y las diferencias de poder adquisitivo no están reflejadas con la misma profundidad. Además, las decisiones económicas en la vida real a menudo implican una interacción compleja entre actores políticos y sociales que no existen en el juego.
Así que, aunque el juego nos ofrece una perspectiva interesante sobre algunos problemas urbanos, no debemos tomar sus soluciones como una guía exacta para la vida real. El juego simplifica muchas de las dinámicas y se basa en algoritmos que no siempre capturan toda la complejidad del mundo real.
¿Deberían los gobiernos tomar decisiones mediante simulaciones de IA?
Una pregunta importante que surge de este debate es si los gobiernos deberían empezar a utilizar simulaciones de IA para tomar decisiones sobre temas tan complejos como la vivienda. En teoría, una IA como la de Cities: Skylines II podría simular diferentes políticas urbanísticas y predecir los efectos de ciertas decisiones antes de que se implementen en la realidad.
Esto podría ser una herramienta útil para planificadores urbanos y políticos, ya que les permitiría ver los posibles resultados de sus decisiones sin tener que esperar a ver los efectos en el mundo real. Por ejemplo, una IA podría simular cómo la construcción de viviendas asequibles en ciertas zonas afectaría los precios del mercado en otras áreas de la ciudad.
Sin embargo, una simulación de IA siempre tendrá limitaciones. La economía y las ciudades reales están llenas de imprevisibilidad y complejidad que no pueden ser capturadas por completo en un modelo algorítmico. Además, las decisiones gubernamentales no solo se basan en datos económicos; también tienen en cuenta factores sociales, políticos y culturales que son difíciles de modelar.
¿Es la IA de un videojuego comparable a una IA como ChatGPT?
Otro aspecto interesante es la comparación entre la IA de Cities: Skylines II y otras IA como ChatGPT. La IA del videojuego está diseñada específicamente para gestionar la ciudad y tomar decisiones económicas basadas en reglas predefinidas. Por ejemplo, calcula el desempleo, ajusta los impuestos y optimiza el tráfico. Sigue un conjunto de reglas muy claras para garantizar que la simulación funcione.
Por otro lado, ChatGPT es una IA conversacional que aprende patrones a partir del lenguaje. Su objetivo no es gestionar un sistema urbano, sino generar respuestas a preguntas o mantener conversaciones en un lenguaje natural. Mientras que la IA de Cities: Skylines II gestiona sistemas cerrados y predecibles, ChatGPT está diseñada para adaptarse a una amplia gama de contextos, pero sin la capacidad de gestionar dinámicas complejas como la economía de una ciudad.
Esto nos lleva a preguntarnos: si en el futuro los gobiernos decidieran usar IA para tomar decisiones, ¿debería ser una IA como la de Cities: Skylines II, que sigue reglas precisas, o una IA más flexible como ChatGPT, que puede aprender y adaptarse a nuevos contextos? Cada una tiene sus fortalezas y limitaciones, y la elección dependería del tipo de problema que se quiera resolver.
¿Podemos aprender de la IA de Cities: Skylines II?
Es interesante ver cómo un videojuego nos lleva a reflexionar sobre problemas tan reales como la crisis de la vivienda. Aunque la solución propuesta por la IA de Cities: Skylines II puede parecer radical, nos invita a pensar en cómo el mercado inmobiliario actual funciona y en qué cambios podríamos implementar para mejorarlo.
La eliminación de los propietarios puede parecer una solución extrema, pero también nos obliga a replantear el papel que juegan la especulación y la inversión privada en la crisis de la vivienda. Si bien no podemos aplicar las soluciones de un videojuego directamente a la vida real, el debate que genera es útil para repensar las políticas urbanas y explorar nuevas maneras de gestionar uno de los problemas más complejos de nuestras sociedades.